¿Cómo afecta la mente a tu sistema inmunológico?

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Mente y cuerpo no son dos entidades separadas, sino que representan una única unidad compuesta por muchas partes relacionadas. La influencia de la mente sobre el sistema inmune representa a la perfección la unión de ambas partes.

Una cuestión muy interesante sobre la salud es cómo afecta la mente al sistema inmunológico. El cuerpo es más que la mera suma de sistemas y existe una estrecha relación entre todos ellos. Cuando se toma conciencia de esta relación, la forma de comprender al cuerpo de manera holística se vuelve necesaria entendiendo que la afección de una parte puede repercutir sobre un todo.

El sistema inmunológico es uno de los más importantes, ya que se encarga de la defensa del cuerpo frente a las enfermedades. Cuando algo va mal en él, tanto por exceso como por defecto, aparecen los problemas. Un sistema inmunológico deprimido aumenta la probabilidad de caer enfermo, mientras un sistema inmunológico muy activo desencadena los trastornos autoinmunes.

Por esa razón, mantener el equilibrio en el sistema inmune es un pilar fundamental para la salud. Para conseguirlo, lo primero es conocer cómo afecta la mente a tu sistema inmunológico. A continuación, trataremos de despejar cualquier duda al respecto.

El estrés es más dañino de lo que piensas

Las consecuencias de un sistema inmune deprimido son bien conocidas. Catarros, cansancio, anemia y pérdida de apetitivo son los síntomas principales. No obstante, es casi más importante no tanto conocer las consecuencias, sino las causas.

El estrés es una de las principales causas de un sistema inmunológico débil. Normalmente se subestima lo dañino que son los estados de estrés, pero lo cierto es que pueden llegar a constituir una verdadera amenaza para la salud.

En una revisión realizada por el Instituto de Hematología e Inmunología de La Habana se afirma que el estrés crónico es capaz de disminuir los niveles de anticuerpos, las defensas del cuerpo para hacer frente a las infecciones. Además, el estrés también es capaz de reducir el número de células NK, aquellas que se encargan de destruir células cancerosas.

Practica la actitud optimista

Anteriormente se ha visto que las emociones negativas como el estrés tienen un impacto negativo en el funcionamiento del sistema inmunológico. Entonces la siguiente pregunta que cabría hacerse es, ¿las emociones positivas son capaces de potenciar la respuesta inmunológica?

En líneas generales se puede afirmar que las emociones positivas promueven la respuesta inmune y hacen más resistente al organismo a enfermedades. Los mecanismos todavía no se conocen con exactitud, y es una cuestión difícil de estudiar, pero se ha visto que aquellas personas que afrontan la vida con optimismo viven con más salud y más calidad de vida.

La vida se afrontar de muchas maneras. Ya que los problemas solo se resuelven si se les planta cara, lo mejor es tener una actitud positiva y ver el vaso medio lleno.

El efecto placebo puede ser una ayuda

Desde el enfoque médico solo se concibe que las enfermedades se pueden tratar con medicamentos. Sin embargo, desde la psicología se ha estudiado cómo las expectativas y las creencias influyen en el estado de salud.

El efecto placebo ilustra a la perfección cómo la mente influye sobre aquello que a priori pensamos que no tenemos el control. Este explica por qué sustancias inocuas, como el agua con azúcar, pueden llegar a tener los mismos efectos que las medicinas. Y todo esto se explica en base a las expectativas que la persona deposita sobre aquello que piensa que cura.

Siguiendo con este concepto y de acuerdo a un artículo publicado en la Revista chilena de neuropsiquiatría, el efecto placebo ejerce un efecto concreto en función del sistema sobre el que actúa. Por ejemplo, cuando actúa sobre el sistema inmunológico produce cambios sobre la respuesta inflamatoria, aumentando las interleucinas, las células principales de este sistema.

La mente influye mucho sobre el sistema inmunológico

El funcionamiento del cuerpo no es como un conjunto de sistemas que cada uno funciona por su cuenta, sino que todos ellos están relacionados y gracias a esa conexión el funcionamiento es óptimo y preciso.

Por otra parte, esta conexión también implica que cuando se produce una disfunción en un componente, esta se refleja a otros. Es decir, si algo no va bien en la mente, el problema se traslada a otros sistemas, como el inmune.

Lo anterior implica que una manera de cuidar la salud es prestando atención a la parte mental. Eliminar el estrés, practicar la meditación y potenciar las emociones positivas son solo ejemplos de lo que puedes hacer para tener una salud de hierro. Al final, todo esfuerzo realizado para conservar la salud es la mejor inversión que se puede realizar.