Lesiones en la piel por exposición solar

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

Los rayos ultravioletas son perjudiciales para la piel. Demasiada exposición solar puede ocasionar desde una quemadura leve hasta un carcinoma invasivo. ¿Te interesa saber más al respecto?

Conseguir una piel bronceada y uniforme es una moda que se mantiene vigente en todos los veranos. El aumento de la temperatura y las visitas a la playa son la oportunidad perfecta para tomar un poco más de sol. Sin embargo, hay quienes no tienen en cuenta los riesgos de lesiones en la piel por la exposición solar.

Pasar demasiado tiempo recibiendo el impacto de los rayos UV de forma directa acarrea consecuencias graves. De hecho, más allá de las típicas quemaduras, se pueden producir reacciones alérgicas y hasta cáncer. ¿Quieres saber más al respecto?

¿Qué es la radiación solar?

En primer lugar, conviene definir qué es la radiación solar. La misma está formada por radiación invisible y visible. Los rayos ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB) conforman la radiación invisible de la luz y son los generadores de la mayoría de las patologías de la piel.

Según detalla un artículo científico, la radiación UVB es la principal responsable de los efectos nocivos, mientras que la UVA contribuye solo entre un 10 % y 20 %. En verano, cuando las actividades al aire libre incrementan, estos rayos son más agresivos y acarrean riesgos relevantes.

Lesiones en la piel por exposición solar

La aparición de lesiones en la piel por exposición solar es el resultado de la falta de cuidados al realizar bronceados o cualquier actividad al aire libre. No usar protector solar y otras medidas preventivas se ve reflejado en agresiones cutáneas que llegan a ser demasiado graves. A continuación, las detallamos.

Quemaduras solares

Las quemaduras solares son generadas por las radiaciones ultravioletas B. Ocurren en cualquier parte del cuerpo que se encuentre expuesta (cuero cabelludo y lóbulos auriculares incluidos). Algunos síntomas y signos de las quemaduras son los siguientes:

  • Piel con temperatura elevada al tacto.
  • Edema.
  • Enrojecimiento.
  • Sensibilidad, prurito y dolor.
  • Pequeñas ampollas.
  • En casos graves, cefalea, náuseas, fatiga y fiebre.

Estos signos y síntomas suelen aparecer unas horas posteriores a la exposición solar. Al transcurrir unos días, la piel comienza un proceso de descamación que la lleva a sanar. 

Quemaduras solares
Las quemaduras solares causan dolor, hinchazón y enrojecimiento horas después de la exposición al sol.

Envejecimiento prematuro

El daño que se acumula en la piel a través de los años puede provocar un deterioro prematuro de los tejidos o fotoenvejecimiento. La revista American Academy of Dermatology realizó un estudio en el que se evidencia que aquellas zonas del cuerpo que fueron más fotoexpuestas, adelantan 20 años la aparición de los signos de la edad.

En particular, incrementa la presencia de queratosis actínicas, arrugas y manchas. Un estudio publicado en Clinical , cosmetic and investigational dermatology concluye que el sol es el generador del 80 % de estas manifestaciones en la piel.

Cáncer de piel

La exposición solar no solo causa lesiones y envejecimiento, sino que eleva el riesgo de daños cutáneos mayores. Para ser más exactos, los rayos UV se posicionan como un factor de riesgo primario del desarrollo de lesiones malignas en la piel.

Se estima que alrededor del 90 % de los carcinomas cutáneos se dan en zonas expuestas como la cara, las orejas, el  cuello, los antebrazos y las manos. ¿Cómo puede ocurrir esta enfermedad? Hay varias formas.

Melanoma

La exposición excesiva, puntual e intermitente al sol tienen relación con la aparición de melanoma, como lo detalla un artículo en International Journal of Cancer. Se suele desarrollar con mayor frecuencia en  personas de ojos y piel clara que han padecido de quemaduras solares en la adolescencia o infancia.

Aunque es el tipo de cáncer de piel menos frecuente, en los últimos años han incrementado los casos. La edad promedio de su diagnóstico son los 57 años, y un 75 % de los casos ocurren antes de los 70 años.

Carcinoma espinocelular (CEC)

En el carcinoma espinocelular (CEC) las células que se encuentran afectadas son las más superficiales de la epidermis, llamadas espinosas. Representan el 20 % de los carcinomas de piel. La Fundación de Cancer de piel detalla que aquellas personas que utilicen las camas bronceadoras, aumentan 2,5 veces mas el riesgo de desarrollarlo.

Carcinoma basocelular (CBC)

Las células comprometidas en el carcinoma basocelular (CBC) se ubican en el estrato basal de la epidermis y son las que se encargan de la renovación cutánea. Son los tumores de piel más frecuentes, pues corresponden a un 80 % del total.

Reacciones alérgicas

Algunas personas pueden desarrollar un cuadro alérgico por la exposición solar. La revista American Journal of Clinical Dermatology concluye que la forma más habitual de manifestación es a través de la «erupción polimorfa solar». La misma se caracteriza por causar sarpullido y prurito en las áreas expuestas.

Los casos más leves desaparecen por sí solos, sin necesidad de tratamiento. Pese a esto, se puede dar de forma severa, lo que conlleva a un tratamiento con comprimidos o productos tópicos con corticoesteroides.

Queratosis actínicas

También llamadas «queratosis solares» son lesiones precancerosas que tienen un crecimiento lento, pero constante. Se manifiestan por primera vez a partir de los 40 años en zonas que han sido expuestas al sol a lo largo del tiempo. Su localización más frecuente es en los pabellones auriculares, cuero cabelludo y rostro.

Son placas gruesas, escamosas, ásperas al tacto, que pueden alternar entre colores marrón, rojo o rosa. A veces, su diagnóstico se tarda, ya que se confunden con las verrugas comunes.

Es posible evitar las lesiones en la piel por exposición solar

Adoptar medidas preventivas es la mejor forma de no sufrir las consecuencias de la exposición solar. En este sentido, conviene emplear una crema solar de al menos 50 SPF y prendas protectoras como camisas de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha.

De igual forma, conviene acudir de forma regular donde el dermatólogo, sobre todo si hay anomalías en la piel, como una mancha nueva o un nevo extraño. La detección oportuna de las lesiones contribuye al éxito del tratamiento.